En España ya son tres las personas que se han
suicidado por motivos de la crisis económica. La tercera víctima ha sido una
mujer de 53 años tras haberle comunicado la comisión judicial el desahucio.
Espero que la “inducción al suicidio”
no sea una de las medidas de austeridad del gobierno. Ya estoy
imaginando a Rajoy por televisión anunciando “una excelente propuesta para acabar con el paro, así como un ahorro de millones de euros a la
Seguridad Social”. Dios nos pille confesados. Y lo digo, porque este suceso es
el resultado de una de las muchas
gestiones pésimas de nuestros
gobernantes; unas políticas que atentan contra los derechos de los ciudadanos,
y que obedecen a intereses económicos -véase la ley de
hipotecas-. Con esta norma, por ejemplo, ya no hay elección para el
ciudadano. De un plumazo, se han saltado
a la torera dos derechos por el precio de uno. Por un lado, el derecho a la vivienda
-un derecho que todavía se discute si debe ser económico o fundamental- y por otro, sin ser conscientes
de ello, el derecho a la vida. Esta serie de medidas muestran la crisis de
valores hacia la que nos están llevando los intereses económicos. Espanta ver
cómo los políticos se han visto obligados a reaccionar ante esta situación, e
insisto, espanta porque muestra la brecha que existe entre los políticos y los
ciudadanos. ¿No han sido motivos suficientes para el gobierno todas las protestas que, con anterioridad, se
produjeron en toda España contra los desahucios? Parece que no. El ejecutivo se
ha visto obligado a enfrentarse a la situación de las hipotecas cuando una
ciudadana de a pie ha decidido poner fin a su vida. Ante esto, gobierno y
oposición han convocado una reunión urgente para modificar la regulación de las
hipotecas.
Por ello, pedir responsabilidades es el
primer paso para hablar de Justicia
hacia estas personas, porque es un error considerar dos muertes como meros
suicidios. Desproveer a una persona de su casa debería ser condenable, porque
no nos olvidemos que el derecho a la vivienda es un derecho humano, no solo
porque lo recoja la constitución, sino porque es el principio connatural al
desarrollo de la persona.
Felicidades por el artículo Jose!
ResponderEliminar¡Gracias, compaire!
ResponderEliminarMuy bueno el artículo, Jose. Curiosamente, he escrito uno en mi blog con parecida argumentación. Somos muchos los que decimos: ¡Stop Desahucios!!
ResponderEliminarSí, lo leí. Muy bueno. Tenemos que gritar todos juntos: ¡Stop Desahucios!
ResponderEliminarTu dices en voz alta lo que todos pensamos.
ResponderEliminarSuscribo esta frase tuya: "Espanta ver cómo los políticos se han visto obligados a reaccionar ante esta situación, e insisto, espanta porque muestra la brecha que existe entre los políticos y los ciudadanos"
Felicidades Jose.
Pero tengo un par de observaciones:
1.- Con todos los respetos y sin ánimo de desmerecer; los dos recientes suicidios no son exactamente un ejemplo de la trágica situación que viven muchas familias. Al primer señor que se quitó la vida lo iban a desahuciar por orden de sus propios hermanos, no del banco (se había apropiado de una vivienda fruto de una herencia familiar) y la más reciente era una señora con trabajo en una empresa de transportes y casada con un exconcejal que también está trabajando, perdón por el atrevimiento pero; ¿por qué razón no podían pagar la hipoteca?
No quiero con esto justificar nada, solo llamar la atención de los medios generalistas que han hecho carnaza con el tema sin contarlo todo.
2.-Hay miles de familias que se han arruinado por completo, por culpa de ese engaño al que fueron sometidos, cuando acudieron al banco a comprar dinero(pedir hipoteca por la que pagamos una buena suma en intereses) y en vez de avalar el bien adquirido con "esa plata" tuvieron que hipotecar la casa de sus padres, la del pueblo de sus abuelos y lo que el director del banco exigía con una bonita sonrisa para "que no nos lo denieguen desde arriba" añadiendo un "pero no te preocupes que eso es solo para que vaya todo más rápido".
Estas son las auténticas tragedias, cuando a una persona que no puede pagar no solo le quitan la vivienda que compró con ese dinero, sino que le usurpan de un plumazo los bienes acumulados por sus progenitores durante toda una vida.
Por lo demás, me parece que esto de la moratoria llega muy muy tarde para mucha gente, pero "por fín llega" y ojalá no se produzca desde ya ningún desahucio a la espera de la puesta en marcha de la misma. De momento yo creo que dar dos años de "respiro" es un buen comienzo, pero lo más importante es que se implante ya mismo (y si puede ser con caracter retroactivo para los que lo han sufrido) la dación en pago. No creo que estemos pidiendo que los bancos perdonen las deudas a sus clientes, pero si después de ese plazo de moratoria siguen sin poder pagar, se entrega el bien por el que se pidió el préstamo y tan amigos. (siempre que la deuda supere el 80% de lo prestado, los intereses pagados desde el principio por lo disfrutado)
Esta es mi opinión. Pido disculpas a quien pueda sentirse ofendido y, repito, con todo el respeto a las personas fallecidas en los últimos dias.
Abrazos
Lo que dices es muy importante. Tenía cierta constancia de que el marido de la tercera víctima era ex concejal del PSOE, pero no de la situación de las otras personas. Gracias por la aclaración, Andrés.
ResponderEliminarSin embargo, me gustaría comentar cierto aspecto que has señalado cuando dices: "Al primer señor que se quitó la vida lo iban a desahuciar por orden de sus propios hermanos, no del banco". Recalco, "no del banco".
Creo que es un error considerar solo a los bancos los causantes de esta situación. La orden de desahucio la llevó la comisión judicial, por ello mi crítica va dirigida, más que a la acción de los bancos (que también), a la acción (o no acción) del poder público.
Que no hayan sabido reaccionar a tiempo frente al problema de las viviendas prueba:
1.Que la casta política está formada por ineptos
2.Que el poder público está al servicio de los intereses económicos y deja en un segundo plano la acción política.
3.Que existe una brecha entre políticos y ciudadanos.
Ahora gobierno y oposición están tomando medidas a cerca de los problemas sobre las hipotecas y sobre su legislación ¿Y cómo se ha llegado a ello? Ha tenido que suicidarse una persona.
Estoy de acuerdo en lo que dices sobre la dación en pago porque es necesario y vital para las personas. Pero lo que intento probar con este artículo, y en general con la mayoría de ellos, es que poco a poco, la política cada vez tiene menos sentido, mientras que los intereses económicos (que no la economía) se convierte en primera orden del día , y eso es, quizá, el principal error de nuestra sociedad.
Repito, agradezco tu intervención y espero que continúes machacando el muro de De Buena Tinta. Un cordial saludo, compañero y brindemos por la verdad.
Debemos preguntarnos todos, ¿hasta cuándo? ¿dónde está el límite?
ResponderEliminarBuen artículo Sr.
Habrá que preguntarle a los señores políticos si la cantidad de suicidios es proporcional a la calidad de su benevolencia, o mejor, preguntarles directamente: ¿Cuántas personas deben morir para que cambien la ley hipotecaria?
ResponderEliminarSegún el artículo 47 de la Constitución:
“Todos los españoles tienen derecho a disfrutar de una vivienda digna y adecuada. Los poderes públicos promoverán las condiciones necesarias y establecerán las normas pertinentes para hacer efectivo este derecho, regulando la utilización del suelo de acuerdo con el interés general para impedir la especulación".
Me pregunto para qué sirven las leyes fundamentales como ésta si luego la política se rige por su fe ideológica, llegando a convertir el sistema en una distopía disfrazada.